Podría escribir de lo que me ha llegado a la cabeza estos últimos días, de las caras que se contraponen día a día, infinidad de rostros que se presentan en tu vida, de cómo las personas se quedan, se van, por tiempos cortos o largos; de cada una de sus manifestaciones, de lo que aprendes y has aprendido de ellas, de lo que yo he dejado en sus vidas.
Escribir de cómo se entrecruzan entre circunstancias y momentos, de cómo va cambiado la perspectiva de sus vidas, o la tuya viendo sus existencias, en este momento tan cercanas y palpables, a veces insignificantes, a veces contradictorias, a veces valiosa, muchas veces simples. Escribir de como todo hace el diseño de tu existencia y al mismo tiempo de la existencia de todos, como aparecen y reaparecen, como vienen y se van, como fueron nada y otras fueron todo. Podría escribir de todo lo que he percibido estos tiempos..
Podría escribir de las minúsculas representaciones de la naturaleza viva e inerte, del sonido de los pájaros en la mañana, del olor a húmedo que predice una lluvia, de las caras de todos los niños que son ternura pura, de los rostros de los hombres que son señales del trabajo y de las rutinas de los días..
Podría hablar del lenguaje que estas caras transmiten, de sus encierros, de sus gozos y dolores, de su realidad, de sus posibilidades, de su lucha y fortaleza en cada huella, en cada gesto.
Podría escribir de lo transparente y real que son los rostros, todo lo que en ellos se transfigura, sin posibilidades a mentiras, si las mentiras mismas se dibujan en ellos.
Pero tu rostro, en su inmensa dulzura, de sus aprendizajes y su sabiduría..
Solo pienso en tu rostro.